viernes, 7 de abril de 2017

¿Cómo hacer investigación en Ciencias Sociales? - Hugo Saez

Lectura: Sáez, H. (2008). Cómo investigar y escribir en Ciencias Sociales, México, Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 13-41.

El capítulo tiene como objetivo realizar una aproximación introductoria al estudio de las ciencias sociales como se conciben en la actualidad. Para ello, se vale de los siguientes insumos: 1. definir el concepto de ciencia separándola de la noción positivista de sinonimia con las ciencias naturales,  haciendo incongruente la idea de la absoluta objetividad para la multiplicidad de disciplinas sociales existentes. 2. realizar una reseña histórica en la cual se describe el origen de las ciencias sociales contemporáneas como artificios al servicio del sistema económico capitalista, describiendo consigo las diversas corrientes teóricas clásicas (positivismo y marxismo) y contemporáneas (estructural-funcionalismo y sociología de la dependencia). 3. abordar su faceta investigativa explicando temáticas de relevancia como lo es la determinación del objeto de estudio, el diseño de la pregunta de investigación y las hipótesis (y su posterior comprobación). 4. la importancia del lenguaje especializado y la utilización de conceptos para la comprensión de los fenómenos estudiados, ligado a la característica intrínseca de la ciencia social como disciplina que busca interpretar la realidad y comprender las interpretaciones de los diversos científicos sociales al mismo fenómeno, haciendo de estas disciplinas un escenario de constante discusión. 5. Finalmente, realizar una reflexión acerca de la necesidad de contribuir a que las ciencias sociales sean disciplinas críticas al servicio de la humanidad y no del mercado. El presente ejercicio de reseña, pretende sintetizar los cinco puntos nominados con la intensión de comprender con mayor acierto las ideas principales del capítulo.

Para Sáenz, el ejercicio de definir el concepto de ciencia social, es una tarea que se enmarca en una constante confusión. Por un lado, medirla con el racero positivista de disciplinas que están en una constate búsqueda de determinar la materialidad física de los fenómenos, es una noción burda y anticuada, que limita en sí mismo el alcance de los procesos investigativos, sin embargo, este propósito sigue teniendo cabida en la discusión disciplinar. Por otro lado, como ciencias, se tiene una fuerte fragmentación resultado de la burocratización de los centro de estudios, ignorando, la importancia que tiene la interdisciplinaridad para comprender de manera integral los fenómenos que se estudian.

Posteriormente, después de evidenciar la ambigüedad y la falta de integración, que caracteriza el actual estado de la ciencia social, el autor emprende una reseña histórica en la cual explica el origen de algunas disciplinas sociales en un marco de modernidad. La consolidación del capitalismo y acontecimientos de relevancia como la segunda guerra mundial, dieron origen a disciplinas como la antropología, la sicología social y la sociología. De esta última descripción, el autor explica el engranaje Ciencia/Tecnología/Producción/Mercado, situando a las ciencias sociales contemporáneas como saberes que investigan al hombre, con el objetivo racional de favorecer intereses particulares, en últimas es el resultado de la investigación un fruto al servicio del cliente. Aunado a lo anterior, Sáenz no solo reseña el contexto histórico en el cual se configura la génesis de las disciplinas, también habla de las corrientes teóricas que han sido hegemónicas tanto en lo clásico (positivismo y marxismo), como en lo contemporáneo (funcionalismo y teoría de la dependencia). A continuación, la presente gráfica, sintetiza los principales postulados de cada teoría.

Gráfica 1: Teorías en Ciencias Sociales

Clásicas
Contemporáneas
Positivismo: Como lo sostiene Comte, es la perfecta continuidad entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. Es la búsqueda de la suprema objetivación de los objetos de estudio.
Funcionalismo: La vida humana no es una adaptación a las condiciones existentes, los fines de los actores sociales y la superación de los obstáculos para lograr dichas metas, son los verdaderos condicionantes de la dinámica social.
Marxismo: Es una vertiente con un matiz más ideológico. Su principal aporte, se centra en la instrumentación para el análisis histórico de la explotación y un arma de lucha contra la opresión económica y política.
Teoría de la Dependencia: Relación asimétrica entre el centro (EE.UU) y la periferia (América latina).

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Sáenz, 2008.

Consecuentemente, después de entablar este paneo breve a cerca de estas corrientes teóricas, el autor enfila sus argumentos hacia la aproximación investigativa en ciencias sociales valiéndose de tres momentos esenciales para realizar un buen ejercicio. El primero, es la propuesta de Bourdieu de la “ruptura epistemológica”, es decir, abandonar hábitos y prejuicios propios del sentido común, para obtener neutralidad investigativa. El segundo, es la determinación del objeto de investigación con conceptos claramente determinados y contrastables con el fenómeno, para finalmente, culminar con la comprobación de la hipótesis con datos objetivos (Sáenz. 2008. 27).

Respecto al segundo punto, el de la formación conceptual, Sáenz plantea que estos son el resultado de la combinación de datos empíricos, con objetivos de investigación y resultados de otros estudiosos. Sáenz, en algo coincide con Bourdieu (2008), quizás por la misma razón que trae a colación la ruptura epistemológica, es en el hecho de que ambos buscan que la investigación en ciencias sociales sea forjadora de teorías, y cumpla con un rigor conceptual capaz de explicar no solo el hecho al que se aproxima el investigador, sino que pueda servir como referente de análisis para investigaciones similares al objeto.

Finalmente, el autor dirige sus últimas consideraciones a un ejercicio que trasciende lo descriptivo hacia lo reflexivo. Su crítica, se enfoca en la ciencia social como artificio del circuito Ciencia – tecnología – producción y mercado. Sáenz, va más allá legitimando la relevancia de jerarquizar los problemas sociales nominando ejemplos de desigualdad y violencia estructural a nivel global. Para el autor, las ciencias sociales deben situar su mirada hacia problemas coyunturales que permitan mejorar las condiciones de vida de la humanidad en su conjunto.

Así pues, cabe plantearse las siguientes preguntas de lo leído: ¿Qué tan sencillo es llevar a la práctica la ruptura epistemológica? Teniendo presente que como investigadores estamos inmersos en esos contextos y algunas veces reproducimos los hábitos que allí cohabitan, ¿qué aconsejaría el autor para hacer este proceso de ruptura? ¿Las actuales investigaciones en América latina realmente están produciendo conceptos y teorías con vocación generalista capaz de explicar otros fenómenos? ¿Es posible para el investigador social escapar de las dinámicas del mercado y sobrevivir en el intento, haciendo investigaciones críticas capaces de contribuir a la mejoría de la realidad social?

Al respecto, la lectura que hoy fue objeto de análisis es valiosa en la medida que permite introducir al lector en el estado de la cuestión de las ciencias sociales actualmente. Sin embargo, se considera que este primer capítulo del libro al buscar realizar una descripción general, carece en ciertos momentos de especificidad, como por ejemplo, la explicación con mayor detalle de las teorías funcionalista y sociología de la dependencia, además de que deja abierto interrogantes como los nominados en el párrafo anterior. Sin duda, el estudio de las ciencias sociales es un emprendimiento complejo, pues es difícil soltar nuestra cultura como mortal, para tomar una envestidura científica con vocación de objetividad. Por ende, se conjetura con la siguiente disyuntiva: ¿Se pueden realizar ciencias sociales críticas al servicio de la gente, manteniendo la ruptura epistemológica? Por lo comprendido en el texto de Sáenz, es difícil reflexionar y proponer una respuesta rápida.  


REFERENCIAS:

Bourdieu, Pierre, Chamboredon, Jean-Claude y Passeron, Jean-Claude (2008), El oficio de sociólogo, Siglo XXI Buenos Aires. La ruptura y la construcción del objeto, pp. 27 – 81.



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