domingo, 8 de abril de 2018

Simmel: "El conflicto de la cultura moderna"

Lectura. Simmel, G, “El conflicto de la cultura moderna” de 1918, traducido y publicado por la REIS, Revista Española de Sociología, número 89, 2000, pp. 315-330.
 Simmel G. (1908), La metrópolis y la vida moral. (Bifurcaciones, número 4. 2005), pp. 1-10.

Una de las principales razones por la cual la Sociología es una de mis Ciencias Sociales favoritas, después de la Ciencia Política, es porque permite comprender realidades cotidianas a través de la sistematización conceptual juiciosa de lo que se vive, de lo que reproducimos sin mayor reparo, de la normalidad. Interpretar estas características de nuestro actuar en relación con el otro permite explicar los fenómenos que nos pueden llevar a inconformidades, a pugnas, a desmanes, al conflicto. Simmel, discípulo de Max Weber, Doctor en filosofía (1908, 1918) es un claro ejemplo de lo anteriormente afirmado. Su foco de análisis descansa en lo urbano y lo cultural, dando continuidad al individualismo metodológico emprendido por su maestro. La presente reflexión reposa sobre la base de los dos puntos a desarrollar enunciados a continuación: primero, una breve reseña de su pensamiento producto de lo interpretado en las dos lecturas. 

Simmel (1908) parte su análisis en el Berlín del siglo XIX. Su objeto de estudio, es el denominado por él como el urbanita. ¿Qué es lo que le interesa saber de su objeto? Su personalidad, en un contexto de modernidad. Es decir, se analiza un individuo capitalista, especializado en una actividad económica, indiferente y reservado, en últimas, se observa a un individuo de pensamiento liberal2. Aunque nomina elementos cercanos a la economía, no la toma como una categoría determinante de su investigación como si lo hizo Marx al verla como un determinante en su materialismo histórico y Weber parcialmente desde su enfoque comprensivo, su interés transita entre la cultura y la psicología. En este orden de ideas, su análisis parte de la siguiente pregunta: ¿Cómo la personalidad se ajusta a las exigencias de la vida social? Para dar respuesta a este interrogante, el autor toma como primer referente la individualidad. La ciudad, bajo sus condiciones de metrópoli, con una vida económica monetaria, sitúa al dinero como protagonista simbólico representante de la racionalidad que demarca las relaciones entre personas.

Así las cosas, Simmel recurre constantemente a la comparación entre dos contextos completamente disímiles: la urbe pequeña y la metrópoli. En la primera, la individualidad es más difusa, pues en términos coloquiales los demás viven pendientes de lo que se hace, dado que las relaciones de cooperación, empatía o incluso enemistad, son más marcadas. Por el contrario la urbe grande o metrópoli, desarrolla en el individuo la intensificación de sus estímulos nerviosos, gestando lo que el autor conceptualiza como la actitud blasée. Esta última es abordada como “un mecanismo de defensa en donde las relaciones entre unos y otros se configuran en un marco de indiferencia, así las cosas se perciben de forma opaca y grisácea” (Sabido, 2016).

La doctora Sabido (2016) en su conferencia para el seminario de “Sociología del Cuerpo” en la UNAM nos brinda varios elementos importantes que nos ayudan a comprender a Simmel. En obras como filosofía y psicología del dinero, este método de intercambio rebaza su trascendencia como herramienta económica, pues excede su función de medio, para convertirse en un fin. Así pues, contrario a las clases sociales marxistas en donde se comprende la división de la sociedad como el conjunto conformado por burguesía, proletariado y lumperproletariado, o a la clasificación weberiana de tipologías de acuerdo a la dominación burocrática, la sociedad se divide en dos tipos de usuarios: el avaro y el derrochador. El primero como consumidor moderado o nulo y el segundo como consumidor compulsivo. Simmel al igual que Marx, sitúa al dinero como uno de sus principales focos de análisis, la diferencia radica en que el padre del socialismo científico lo ve desde lo macro, como factor determinante de las brechas de clase, por el contrario, Simmel lo observa desde lo individual, como precursor de conductas determinadas por las emociones que se generan al poseerlo.

Como anexo importante, es perentorio agregar desde la argumentación de Sabido (2016) que la Sociología es entendida para Simmel como la ciencia encargada de entender la interacción de los individuos en un marco de acción recíproca, definición que coincide fuertemente con la acción social de Weber, definida como las acciones con un sentido hacia los demás y que dista a su vez del hecho social de Durkheim, pues para este son las instituciones determinando el comportamiento del individuo. Esa acción recíproca que Simmel plantea, tiene en cuenta elementos sumamente subjetivos como las emociones, esto se evidencia en una actitud condicionada hacia los demás, con ejemplos ya explicados como la actitud blasée y su clasificación de la emocionalidad de acuerdo a formas y contenido, la primera como interacción de efecto recíproco y la segunda como acción sin respuesta.

Sin duda, con este recorrido por autores como Marx, Weber y Simmel, es fácil realizar el ejercicio de intuición que permite visualizar el conflicto desde una perspectiva que desciende de lo macro a lo micro. Para Marx el conflicto tiene sus raíces históricas determinadas por los factores de producción, para este autor, el que posee los medios de producción es quien domina. Por su parte, para Weber, se conserva la dominación, pero no se limita a lo económico, puede ser entendida desde una visión más política en donde la misma se legitima por el dominado sobre la base de unas dinámicas que se configuran en un marco de legalidad, tradición o carisma.
Finalmente para Simmel el conflicto está ligado a unas actitudes y/o hábitos propios de la cultura que se supeditan al contexto en el cual habitan los individuos, la racionalidad propia de las grandes urbes y el capitalismo construyen individuos solitarios, poco prestos a la cooperación, en últimas se vive en una indiferencia necesaria para la construcción de un proyecto de vida individual, en una necesidad de poder vivir, pues no es posible absorber todas las problemáticas que se puedan desarrollar cuando estamos fuertemente preocupado por los demás. Para ejemplificar lo dicho, pienso en nuestra actitud hacia los animales en condición de calle, en los vagabundos, en los desplazados por la violencia, en todos estos problemas sociales juntos que observamos solo con salir del confort de nuestro hogar, asumiendo una actitud de cuasi obligatoria indiferencia. Si no fuera así, simplemente la depresión o el exagerado altruismo no nos dejarían vivir, pues donaríamos todas nuestras cosas a los necesitados o tendríamos 50 perros en nuestro hogar. Veo en Simmel un conflicto que se desarrolla gracias a la ausencia de cooperación.

Sin embargo, es menester recordar, que sus análisis son para la Alemania del siglo XIX, sería interesante saber su margen de aplicación en sociedades como la mexicana o la colombiana. Por ejemplo, algunos estudiantes de la Universidad Iberoamericana (Villaverde, 2014) realizaron algunos experimentos sociales poniendo en práctica estas teorías y concluyeron que el individuo mexicano tiene a estar más interesado por su semejante, conservando aún sentimientos de preocupación y cooperación dada coyunturas y acontecimientos esporádicos propios de la cotidianidad. 

Referencias

Sabido, Olga. [Canal instituto de investigaciones sociales]. (29 – 02- 2016). Emociones, sentimientos y afectos en Georg Simmel: La "gran" y la "pequeña" sociología. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=EAEJhIH7I1w.

Villaverde, Cecilia. [Cecilia2vil]. (3 – 12 - 2014). Experimento Social Simmel. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=g1mXUqlaIvQ


sábado, 31 de marzo de 2018

Los dominados y el arte de la resistencia - James Scott (2000).

1. Bibliografía Lectura 1.
Scott, James C. (2000). Los dominados y el arte de la resistencia. México: ERA, pp. 41-53. 71-96, 167-171, 217-237.

1.1. Tesis central del autor.

Sin duda, se evidencia un cambio epistemológico en la forma de escribir de Scott si lo comparamos con escritos propios de autores como Negri & Hardt y Holloway. Los primeros, posmodernos, anclados en la discusión y argumentación filosófica. El segundo, mucho más empírico, conservando una estructura argumental propia de la sociología política en donde se busca aportar un nuevo enfoque analítico a los estudios sobre el poder. Este último concepto, piedra angular en los tres autores, difuso, amorfo, trasnacional en Negri & Hardt; normativo y encaminado hacia un principio moral que privilegia la horizontalidad por encima de la verticalidad en Holloway, es llenado conceptualmente por Scott realizando trabajo cualitativo, apoyándose principalmente en el análisis histórico.

¿Qué le interesa a Scott saber del poder? Yo diría que su profundidad. Sus manifestaciones no evidentes, su desarrollo en una faceta cultural del hombre que quizás ha sido olvidada por una ciencia con delirios positivistas como la Ciencia Política. Más que la descripción o crítica de cómo las élites dominan a las masas y de condenar moralmente este hecho, Scott está interesado en comprender las manifestaciones del “discurso oculto”, de la resistencia, la crítica, del desfogue propio de la frustración al reconocerse como dominados. De otras formas de resistencia, o de las resistencias iniciales que dan origen a revoluciones y movimientos sociales.

Scott soporta su argumento central sobre una paradoja: el dominado acepta su subordinación al mismo tiempo que la rechaza. Este rechazo es el que le interesa conocer al detalle. Lo interesante es la forma en cómo se manifiesta el rechazo: a través del chisme, la danza, los rituales, los cuentos, las bromas. En algún momento  pensé en un ejemplo clásico: la génesis del albur mexicano que logró sostenerse hasta nuestros días.

De esta manera, se introduce un nuevo concepto para el análisis: la “infrapolítica” de los desposeídos. Es interesante saber desde su argumentación, que así como los dominados crean códigos para rechazar la dominación, las élites también desarrollan estrategias para mantenerse, aparece por ejemplo una cita de Hitler donde se resalta la importancia del trabajo sicológico y la socialización de ideologías que ayuden a mantener la hegemonía de los que dominan. Esto explica por ejemplo, porqué los pobres defienden la minimización del Estado en un contexto neoliberal así no tengan los recursos suficientes para financiar su salud, educación y demás bienes (este ejemplo es mío).

 En este estado de cosas, el enfoque infrapolítico dota de nuevas herramientas el análisis sociológico de los movimientos sociales. Pues todos estos accionares incipientes manifestados a través de lo cultural, son los primeros rasgos identitarios que pueden dar origen a manifestaciones de hecho o acciones colectivas que se transformen en una organizaciones con características de movimiento social. 

2. Premisas principales.
   
- El propósito del libro es comprender el comportamiento de los grupos dominados.
- Los esclavos en la relativa tranquilidad de sus barrancas pueden expresar su cólera, lo cual es imposible cuando se hace en frente.
- En la mayoría de las grandes estructuras de dominación, el grupo subordinado tiene una existencia social muy considerable fuera de escena, y ésta, en principio, le ofrece la oportunidad de desarrollar una crítica común del poder.
 - El discurso oculto de los dominadores es igualmente un instrumento para el ejercicio de poder. Éste contiene ese lenguaje -gestos, habla, actos- que los límites ideológicos dentro de los cuales funciona la dominación excluyen del discurso público.
- La subsistencia de cualquier modelo de dominación siempre es problemática. Es legítimo, pues, preguntarse, dada la resistencia que se le opone, qué se necesita para mantenerlo en funcionarnicnto: ¿cuántas golpizas, encarcelamientos, ejecuciones, tratos secretos, sobornos, amenazas, concesiones? y, muy importante, ¿cuántas manifestaciones públicas de grandeza, de castigos ejemplares de honestidad espiritual?. Etc.
- Ejemplos como los del monitoreo silencioso: sobre las formas en como las élites contralan a los subordinados valiéndose del discurso oculto.
- El ocultamiento, el eufemismo y la unanimidad como estrategias del discurso público para ocultar la disidencia en las relaciones de dominación.
- Como los editores prudentes de un periódico de oposición en una situación de estricta censura, los grupos subordinados tienen que encontrar maneras de transmitir su mensaje manteniéndose como puedan dentro de los límites de la ley. Esa tarea requiere un espíritu arriesgado y un talento especial para poner a prueba y aprovechar todas las inconsistencias, las ambigüedades, los silencios y los errores que se presenten.
De esa manera, pretendo sugerir que la infrapolítica que hemos examinado contiene gran parte de los cimientos culturales y estructurales de esa acción política visible que hasta ahora ha atraído más nuestra atención.
Sin duda alguna, la infrapolítica es política real. En muchos sentidos, comparada con la vida política en las democracias liberales, la infrapolítica se ejerce con mayor entusiasmo, frente a mayores dificultades y con objetivos más importantes. En ella se pierde y se gana terreno Concreto. Los ejércitos se desmoronan y las revoluciones se vuelven posibles gracias a las deserciones en la infrapolítica.


3. Reflexión.

El documento desarrollado por Scott, sin duda desafía propuestas posestructuralistas del biopoder como es el caso de Foucault, donde todo se deja en manos de la imposición del orden social, justificando así la hegemonía del dominante hacia el dominado a través de la incorporación de conductas que se reflejan hasta en el cuerpo. En Scott el poder se desafía, aunque este proceso no siempre es evidente. El cuestionamiento del poder se hace en lo cotidiano, cuando se apagan las luces, cuando la relación dominado-dominador no es directa, no se están viendo.

En lo personal, considero el texto reseñado como un buen escrito, pues dota de elementos sociológicos un argumento que se soporta en una cantidad respetable de evidencia empírica. Me parece interesante que con Scott se registra el origen del movimiento social desde el descontento cultural que se ha venido expresando durante un periodo sostenido en el tiempo en el marco de una situación de insatisfacción. Si bien un movimiento social, por lo general no se mantiene durante largos periodos de tiempo, la resistencia “oculta” propias de la infrapolítica sí que lo hace.

Así pues, leo un nuevo enfoque que me ayuda a entender la relevancia de la cultura política en algo que va más allá del realismo político (la guerra, la sangre, las víctimas, las acciones de hecho). Scott me invita a leer entre líneas, a ver cómo se legitima de manera sarcástica la dominación. Además me ayuda a entender  la hipocresía, la aparente falta de carácter, las formas otras de relacionarnos. Con Scott se complejiza la forma weberiana de entender las relaciones de poder y dominación.  




jueves, 15 de marzo de 2018

Merton y el funcionalismo

Lectura: Merton, Robert. 1964. Teoría y estructuras sociales, F.C.E., México, Cap. III: “Funciones manifiestas y funciones latentes”, pp. 92-158.
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En su texto, Merton (1964) evidencia dos intensiones: la primera, es platear varias críticas al funcionalismo de Parsons y la segunda, es proponer una teoría funcionalista renovada que permita comprender de mejor manera la sociedad, teniendo un enfoque más sobrio y aterrizado, sin caer en lo que él denomina “pretensiones totalizantes” del análisis social. Su argumentación se estructura básicamente en tres grandes postulados. Inicialmente, hace una necesaria aclaración de lo que es una función, concepto ambiguo por la polisemia de definiciones que hay en los diversos contextos en los que es aplicado. Posteriormente, critica tres premisas centrales de análisis funcionalistas previos que a su criterio no son adecuados, para finalmente, esbozar en 8 puntos lo que el concibe como su teoría funcionalista. La presente reseña, pretende plantear algunas reflexiones, posterior al ejercicio de sintetizar lo descrito.

¿Qué es una función? De acuerdo al contexto, este planteamiento se resuelve. Puede ser una festividad o una función de circo, un cargo en una empresa pública o privada, una ocupación, un procedimiento biológico o un ejercicio aritmético. Esta ambigüedad no solo es evidente en esta pluralidad de contextos de lo cotidiano, sino además se evidencia dentro del campo social. Merton hábilmente, traza una línea divisoria entre lo que se configura como consecuencias objetivas observables y disposiciones subjetivas1 para esbozar el concepto de función. Posterior a esta demarcación, Merton (1964) analiza y critica los trabajos previos realizados por otros funcionalistas basándose en los siguientes postulados: 1. Unidad funcional de la sociedad: es decir, las actividades sociales y las partidas culturales estandarizadas como un todo en el sistema social y cultural. Para nuestro autor, es inadecuadamente pretencioso el criterio empírico tomado para hacer esta aseveración, pues se observaron comunidades analfabetas, caracterizadas por su homogeneidad, esta última no es evidente en agrupaciones sociales más grandes, por ende no es un parámetro que incentive la generalización. 2. Postulado del funcionalismo universal: este es, todas las formas sociales culturales tienen funciones positivas. La invitación de Merton en este aspecto, es que el investigador amplíe el panorama a otro tipo de consecuencias. 3. El postulado de la indispensabilidad. Aquí se platea una doble afirmación, por un lado, se bosqueja que hay ciertas funciones que son indispensables para la sociedad, sino se realidad, la sociedad no subsiste. Por otro, se hace un llamado a la reciprocidad diciendo que ciertas formas culturales son indispensables para el desarrollo de ciertas funciones. Merton deslegitima la segunda opción acercándola al calificativo de falacia pues una misma función puede ser desempeñada por diferentes cosas.

De esta manera, posterior a este ejercicio de crítica, Merton propone un funcionalismo renovado bajo la premisa de paradigma de análisis funcional que consta de los siguientes elementos, se citan tan solo algunos: Las cosas a las que se le atribuyen funciones (aspectos normados y reiterados. Por ejemplo, normas sociales, instrumentos de coerción social o normas culturales), conceptos de disposiciones subjetivas (se refiere, al estudio de las motivaciones y propósitos en una comunidad), conceptos de consecuencias objetivas (refinamiento de los conceptos de función y disfunción.), concepto de la unidad servida como función (Lo que puede ser funcional para un grupo, puede ser disfuncional para otro), concepto de exigencias funcionales (necesidades, requisitos previos), conceptos de los mecanismo mediante los cuales se realizan funciones, conceptos de alternativas funcionales, conceptos de contexto estructural, entre otros (Mayo, 2013).
Se aprecia como valioso en Merton (1964) su intención de renovar el funcionalismo con un enfoque más particularista, centrado en observar hechos que anteriormente eran considerados irracionales (como por ejemplo en la danza de los hopi, para lograr que llueva). Con la formulación de su concepto de función latente, permite al sociólogo realizar análisis más profundos, pues no se va a investigar sobre lo evidente, sino bajo una lupa científica, alejando el sentido común de forma per se. Finalmente, para Merton, el refinamiento del paradigma funcionalista permite hacer análisis sociológicos más cercanos a la objetividad, dejando de lado la posibilidad de caer en juicios morales fruto de la interacción sociólogo-comunidad.

De lo leído, me llamo la atención el profundo convencimiento que tiene Merton, de que el funcionalismo, no está atravesado por ninguna postura ideológica. Para él, con la clara distinción entre la observación objetiva y disposiciones subjetivas, se puede caer en un escenario de profunda neutralidad, que a mi modo de ver es un tanto ingenua. “Merton muestra que el sociólogo funcionalista no tiene que cometer el error de confundir lo que dicen los participantes de una ceremonia o función social con el significado objetivo de la misma (esto es, la función social que cumple la misma). En todo momento, Merton remarca que no hay que confundir los motivos (subjetivos) con las funciones (objetivas)” (Mayo, 2013). Este argumento, es muy fácil postularlo en lo teórico, pero en lo práctico me gustaría saber si hay estudios basados en esta propuesta, pues si logran materializar lo afirmado por Merton, encontrarían la solución al problema de la subjetividad que tanto agobia a la ciencia social. Por otro lado, me pareció un texto de difícil lectura, extenso y pesado para el análisis, cargado de muchos conceptos para explicar la realidad social. De verdad, en esta primera lectura, no he logrado comprender la relevancia del funcionalismo como una de las teorías (para algunos clásica, para otros contemporánea) más importantes de la Sociología.

Referencias

Mayo, A. (2013). Merton y los fundamentos del funcionalismo en Sociología: notas de lectura. Blog: Miseria de la sociología. Recuperado de: http://miseriadelasociologia.blogspot.mx/2013/07/merton-y-los-fundamentos-del.html


miércoles, 7 de marzo de 2018

Las Reglas del Método Sociológico - Emilio Durkheim

Lecturas: Durkheim, Emile (1985), Las reglas del método sociológico. Introducción y capítulos 1 y 2, pp. 35-90, ed. 2da, Colofón, 2015.

Malinovski, Bronislav, Los argonautas del Pacífico Occidental: un estudio sobre comercio y aventura entre los indígenas de los archipiélagos de la Nueva Guinea melanesia. (1972). Prólogo del autor e introducción pp. 13-42

¿Cuál es el objeto de estudio de la sociología? ¿Cuáles son sus métodos para aproximarse a los distintos fenómenos sociales? Este par de interrogantes son resueltos de manera magistral por Durkheim (1985) y Malinoswski (1972). El primero, es un clásico que definió a la sociología como la disciplina encargada de estudiar los hechos sociales y dotarla de un método alejado de la normatividad propia de la filosofía y la subjetividad. El segundo, es un referente obligatorio de la antropología, dado que, surtió de nuevas bases metodológicas a la etnografía como herramienta cualitativa de estudio. La presente reflexión, más que realizar un ejercicio de síntesis, pretende, resolver los dos interrogantes planteados, desarrollando los insumos ofrecidos por los dos autores.

Durkheim (2015) es motivado a la redacción de las reglas del método sociológico por una inquietud central que desarrolla a lo largo de su obra: los sociólogos no se han preocupado por caracterizar el método que aplican al estudio de los hechos sociales. Sobre la base de esta premisa, antes de desarrollar su propuesta metodológica, dedica un capítulo completo a la definición de hecho social, para él, la claridad de este concepto es indispensable, pues la sociología se encarga de estudiarlo. En este orden de ideas, dentro de lo que se configuración como hecho social, la coacción tiene un rol protagónico, pues esta determina la conducta del individuo en relación con la colectividad. En términos más simples, es la presión que ejercen las instituciones sociales, para que el ser individual tenga una conducta socialmente aceptable.

Con esta claridad esbozada, Durkheim, propone sus tres reglas del método sociológico para acercarse a los hechos sociales: la primera de ellas consta en alejar sistemáticamente todas las prenociones. Aquí los conceptos de Mills de imaginación sociológica (1986) y de ruptura epistemológica de Bourdieu (2008) tienen relación directa, pues es un claro llamado a realizar una distinción marcada entre los imaginarios previamente concebidos y los fenómenos sociales a los que el sociólogo se aproxima. Segundo, Toda investigación científica se concentra en un grupo de fenómenos que responden a una misma definición. Para Durkheim, es fundamental que previo al desarrollo metodológico, se realice un fuerte marco teórico y conceptual (lo más genérico posible) capaz de contextualizar el tema a estudiar de manera eficaz. Finalmente, los análisis sociológicos deben excluir las manifestaciones individuales, recurriendo a herramientas más objetivables como el derecho, capaces de generar análisis en un marco de generalidad.

Por su parte, Malinoswski enumera tres criterios metodológicos básicos para la realización de la etnografía. El primero es el hecho de que la etnografía debe albergar procedimientos estrictamente científicos, conociendo normas y criterios de su estructura moderna. El segundo, es que el investigador debe acentuarse en una posición adecuada para su trabajo, es decir, en su caso personal, él no vivía con otros hombres blancos, estaba inmerso en un 100% en la comunidad que estudiaba. Por último, el investigador debe ser riguroso al momento de recolectar información, manejando una serie de métodos precisos en aras de recoger, manejar y establecer evidencias.
Hay un aspecto en común, respecto a las estrategias metodológicas, que se evidencia en los dos autores a pesar de su separación temporal y lo disimiles de sus temas de investigación: el rigor. Para ambos es indispensable mirar con ojos de científico el objeto de investigación, buscando la objetividad con gran intensidad a pesar de lo difícil que sea, al tener imaginarios preconcebidos gracias a la coerción institucional y al hecho de estar inmerso en la cultura que se estudia durante meses, en el caso de Malinoswski.

Se rescata además, la relevancia de un marco conceptual y teórico fuerte capaz de servir de soporte explicativo al objeto, no asumiendo por entendido que lo que se va a estudiar, ya se conoce, producto de lo que se ha aprendido en la cotidianidad. Por el contrario, se diferencian en la medida de que Durkheim es sumamente generalista, buscando de manera sistemática la formulación de macroteoría. Malinoswski, se enfoca mucho más en la particularidad, en el análisis detallado de un objeto delimitado, siendo muy específico, teniendo como objetivo, la comprensión de pequeños colectivos.
Cada uno a su manera, revolucionó la forma de hacer ciencia social para su época, pues eran grandes conocedores de lo que se había venido haciendo, teniendo la capacidad de señalar los errores e intentar corregirlos. Ambos acertaron en el ejercicio de mostrarnos una ciencia social que tiene como objetivo estudiar hechos sociales (desde la definición de Durkheim), sobre la base de un método que puede variar según el objeto de estudio, pero que por nada del mundo puede perder la cientificidad como objetivo primario. Sin embargo, cabe preguntarse ¿hasta qué punto podemos ser objetivos, si ya hemos sido socializados por las instituciones hasta el punto de crear hábitos? ¿Se puede ser objetivos cuándo vives meses en una comunidad? ¿Se corre el riesgo de sentirse parte de ella? O por el contrario, ¿juzgarla al ser tan diferente a investigador?

Por mayor ruptura epistemológica, imaginación sociológica, alejamiento de las prenociones o uso de herramientas estrictamente científicas, es sumamente complejo, concebir la idea de que una investigación no tiene como elemento per se unos intereses inmersos particulares, altruistas o ideológicos de por medio. Las instituciones no solo calan en los colectivos que se estudian, también influyen al científico como ser social implicado. Es por esta razón, que la lectura de lo que el investigador produce, también debe hacerse desde la panorámica de sus pensamientos, emociones, contexto y deseos explícitos, dado que, el que investiga es un ser humano, no un artificio creado para nunca fallar. Por su parte, el investigador debe tener claridad de que si bien la objetividad es la meta a buscar, quizás sus intereses vayan más allá de lo científico, teniendo una carga subjetiva presente. Así pues, las ciencias sociales son el resultado de un equilibrio entre la subjetividad del pensamiento del que investiga y la objetividad de la ciencia que lo respalda en su investigación.


lunes, 4 de septiembre de 2017

La madurez del conflicto como condicionante para la construcción de paz imperfecta en Colombia: esbozo de un marco teórico general.


“Pero con esto se realiza el
Verdadero modelo de la vida que, en sentido absoluto, es una lucha que abarca
La relativa oposición de lucha y paz, mientras la paz absoluta, que quizá también
Encierra esta oposición, continúa siendo el secreto divino”.
Georg Simmel (1918).
Sabino (1996) define al marco teórico como el encargado de integrar al problema dentro de un ámbito donde éste cobre sentido, incorporando los conocimientos previos relativos al mismo y ordenándolos de modo tal que resulten útil a la tarea que se configura como el objetivo intrínseco del estudioso(a): investigar. Con esta premisa clara, y situando como esqueleto del presente texto lo propuesto por Sautu, et.al (2005) que considera que en la investigación social “todo es teoría”, dado que está presente en cada etapa del diseño y desarrollo de la pesquisa, se planteará como premisa principal la cimentación de un marco teórico capaz de explicar el proceso de construcción de paz en Colombia.
Es perentorio aclarar, que no es intensión del que escribe abordar de manera completa dicha elaboración, pues retomando los postulados de Sautu et.al (2005) el capítulo donde se sitúa el andamiaje que pretende ser el modelo explicativo de la tesis se compone de un paradigma, una teoría sustantiva y una teoría general. El primero, se comprende cómo un conjunto de conceptos teórico-metodológicos que el investigador asume como un sistema de creencias básicas que determinan el modo de orientarse y mirar la realidad. Por su parte, la segunda se asume como aquella conformada por proposiciones teóricas específicas a la parte de la realidad social que se pretende estudiar. Por último, la teoría general es explicada como un conjunto de proposiciones lógicamente interrelacionadas que se utilizan para explicar procesos y fenómenos. Este marco implica una visión de la sociedad, del lugar que las personas ocupan en ella y las características que asumen las relaciones entre el todo y las partes.
Así pues, se enuncia el paradigma a utilizar como el interpretativo y la teoría sustancial como la “maduración del conflicto” de Christopher Mitchell. No se desarrollan estos enunciados, dado que no es la intensión que convoca el día de hoy. Lo que se pretende desarrollar a profundidad es la teoría general, es decir aquellos enunciados sobre los cuales se inserta una noción amplia de lo que es la sociedad. En otras palabras, es desde donde el científico social pretende ubicarse, es su forma de entender y explicar lo social.
Antes de entrar en materia, es perentorio introducir un elemento que se olvida con frecuencia en la delimitación de la investigación social: este es la revisión epistemológica. Es claro, que hablar de absoluta neutralidad en Ciencias Sociales, es más un objetivo a alcanzar, una meta, un desafío si se quiere, que una realidad. En los análisis de estas disciplinas el discurso, la ideología y los sesgos son parte importante de la esencia que compone al investigador y por ende su investigación como producto, así se parta de un paradigma positivista. Autores como Bourdieu (1995, 2008) a través de propuestas como “la ruptura” o “la duda radical” y Mills (1986) con artificios como imaginación sociológica, parten de una lógica en la cual el científico asume una neutralidad producto de la separación entre las interpretaciones de la realidad socialmente aceptadas y la interpretación del sociólogo como científico ante estos fenómenos.
 La forma en cómo se concibe esta investigación, tiene presente estos postulados, dado que, se busca desde su diseño riguroso brindar un aporte científico capaz  de ampliar el nivel explicativo de construcción de paz desde un marco analítico basado en la etapa previa, el proceso de maduración. Para lograr este objetivo, se pretende realizar un análisis político teniendo como referente fuentes históricas y documentales. Si bien, la absoluta objetividad es inalcanzable, va a ser la brújula que orientará la investigación a la hora de aproximarse a fuentes primarias, secundarias y terciarias.
 Ahora bien, el libro las 4 tradiciones sociológicas de Randal Collins (1996) es de gran utilidad. Este autor su escrito,  clasifica y explica con detalle las cuatro macroteorías dominantes en Sociología, estas son: el conflicto, la racional/utilitarista, la Durkheimiana (el consenso/orden) y la microinteraccionista (fenomenológica). Además explica cada una de estas tradiciones como “sociologías del conocimiento que descubren un determinismo social en sus propios fundamentos” (Collins, 1996:p.4). A continuación se graficarán las 4 tradiciones sociológicas enlistando sus elementos distintivos para saber en qué consisten: 
Tabla 1: Cuatro tradiciones sociológicas.
Tradición
Elementos constitutivos
Conflicto
Ideología, legitimidad, movilidad de los grupos que definen su propio interés, confrontación económica, política y cultural. Las ideas son armas, se analizan las razones y condiciones de dominación. 
Racional/utilitarista
Procesamiento de la información obtenida y elección cognoscitiva.
Durkheimiana
Rituales morales que crean solidaridad y signos de pensamiento. Moralidad.
Microinteraccionista
La sociedad está en la mente misma, nuestra interacción con el otro condiciona nuestra percepción de la realidad social.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Collins, 1996.
Dado que la paz, se configura como la manifestación negociada de un conflicto, y la tesis enfila su diseño hacia la explicación de la maduración del conflicto en Colombia, se tomará como corriente sociológica, la noción del conflicto. En esta escuela, se tienen como autores destacados a Marx y Engels, Weber, Simmel, entre otros. La tabla 1, enlista algunos de las temáticas de mayor estudio por esta, la que interesa para este estudio es la noción que ofrece Collins (1996) de conflicto político, entendiendo a este como la lucha por el control  del Estado por parte de las clases sociales. Para el protocolo se tendrán como referentes principales los postulado de Marx & Engels (2003) y Max Weber (1969).  Si bien la tradición del conflicto es la que mayor peso posee para comprender la sociedad, se abordarán algunos elementos conceptuales de la teoría de hábitus y campos sociales de Bourdieu para complementar el proceso de explicación a través de las categorías analíticas que ya iniciaron su proceso de génesis.   
Con estos elementos claros, el presente documento se desarrollará de la siguiente manera: primero, se esbozará un resumen del proyecto de investigación, con el objetivo de hacer un necesario ejercicio contextual que más adelante será puesto en relación con los postulados teóricos de los autores seleccionados. Segundo, se dedicará un apartado a determinar relaciones básicas entre la teoría Marxista, su forma de comprender lo social, para relacionar directamente con el proyecto. Tercero, se tendrá en cuenta el concepto de acción social de Max Weber (1969) y en general la primera parte de su opera prima, “Economía y Sociedad” (la parte de los tipos de dominación no se tendrá en cuenta) para entender ciertas fases del proceso histórico que será analizado. En un cuarto momento, se esbozará un ejercicio relacional entre el concepto de campos sociales de Bourdieu. Se culmina, con algunas consideraciones finales que sintetizarán los principales elementos de lo expuesto.
1. Colombia: un país que ha construido paz en medio del conflicto. Propuesta analítica a través de su maduración.
El 2016 fue un año histórico para Colombia, puesto que se firmó un anhelado acuerdo de paz, dando fin a la manifestación bélica entre la guerrilla más añeja de América Latina y el gobierno representado en múltiples administraciones presidenciales. Este conflicto armado se enmarca en una temporalidad que supera los 60 años y se configura como emprendimiento exitoso[1] de un conjunto de múltiples negociaciones fallidas. En este orden de ideas, la tesis tiene como objetivo, explorar cómo ha sido el proceso de “Maduración del Conflicto” en Colombia que dio como resultado la firma de un acuerdo final entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno colombiano. Para lograr esta premisa, se tiene como categoría analítica la propuesta de “paz imperfecta” elaborada por Francisco Muñoz, en la cual se concibe a la paz como una construcción inacaba, concibiendo al conflicto como un fenómeno transformador de las sociedades[2] y la teoría de “Maduración del Conflicto” de Robert Mitchell. Esta última, postula que todos los conflictos tienen un periodo en el cual los actores implicados buscan como solución al litigio, terminarlo de manera negociada, concibiendo a la confrontación física como una alternativa poco efectiva. Su modelo se compone de 4 tipos de madurez y dos enfoques analíticos: el sistémico y la toma de decisiones.
Así pues, la tesis pretende poner en práctica la teoría de Mitchell valiéndose de dos estrategias centrales: en un primer momento, generar un proceso de reconstrucción histórica para condicionar el análisis político en la cual se revisan los procesos que antecedieron la administración de Juan Manuel Santos, momento histórico en el que se firmó el acuerdo (2012-2016). Los cortes históricos sobre los que se desarrollará la investigación son: la administración de Belisario Betancur (1981-1986), Cesar Gaviria (1991-1992) y Andrés Pastrana (1998) con el objetivo de verificar como estos procesos a pesar de ser fallidos abrieron camino a una última negociación que se configura como exitosa[3]. En un segundo momento, se formulan 6 categorías analíticas que permiten comprender el proceso de maduración concentrado en la administración Santos (2012-2016), dichas categorías son: I) Poder de los actores: elementos materiales y correlación militar de fuerzas. II) Tendencia en la composición de las élites (cambios que se generan durante el periodo histórico analizado) y la relación de estas frente a las masas. III) Políticas frente al conflicto armado de cada gobierno.  IV) Las características propias de cada negociación. V) la injerencia de la sociedad civil en el proceso de maduración;  y finalmente VI) la influencia del contexto internacional. El proyecto se configura como una propuesta novedosa, dado que en términos académicos el estado de la cuestión realizado arroja como resultados poca literatura que utilice el enfoque de maduración del conflicto de Mitchell para analizar la construcción de paz en Colombia. En anexo, poco se escrito sobre  proceso de paz entre gobierno colombiano y las FARC-EP, pues tan solo posee un año de antigüedad.     
2. ¿La paz comprendida como el resultado de la negociación de la lucha de clases? ¿Qué aportaciones genera el Marxismo?
El antagonismo, es el concepto protagonista en la teoría de Marx & Engels. Para estos autores, este último se configura como resultado de las relaciones de dominación entre Burguesía (dominante) y proletariado (dominado) por la tenencia de los medios de producción. Dicho conflicto se desarrolla en el marco impuesto por el sistema socioeconómico capitalista, en el cual, la clase burguesa se enriquece como resultado del trabajo del proletario. En términos concretos, la sociedad se comprende como el escenario de lucha entre clases sociales por la tenencia de los medios para producir.
Como ejemplo de lo dicho, es perentorio volcar la mirada hacia lo propuesto en una de sus tantas obras: el 18 Brumario de Luis Bonaparte (Marx, 2003). Elementos neurálgicos de su pensamiento, se evidencian a través del análisis de un caso práctico: el golpe de estado a Luis Bonaparte en plena revolución francesa. Este análisis de coyuntura[4], se configura como un ejercicio académico que deja claros grandes visos de su forma de comprender la sociedad. A continuación se enlistan algunos: primero, su noción de la política y el Estado como aparato legitimador de la dominación al servicio de la burguesía, es por esta razón, que el comunismo, faceta final de la historia en su propuesta, es considerado como un régimen carente de Estado. Segundo,  la economía se convierte en determinante de las interacciones sociales y políticas. Valores como la solidaridad, el consenso, la cooperación y los principios morales no son más que ingenuas representaciones de un país de Cucaña que Marx decide reemplazar por antagonismos constantes, por polarizaciones dentro de grupos homogéneos (burguesía) e inesperadas alianzas entre grupos disimiles (pequeña burguesía y proletariado) motivadas por la necesidad coyuntural. Aunado a lo anterior, como tercer elemento, es inadecuado decir que las clases sociales se resumen en burguesía y proletariado, puesto que de estas dos clases se desprenden facciones y otros tipos que no poseen características similares, tal es el caso del lumperproletariado.
 Como cuarto elementos, de gran utilidad para la tesis, se configura el uso de la construcción epistemológica del materialismo histórico o dialectico. Marx (1859) explica esta como:
 “en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social”.
En otras palabras, el Materialismo Dialéctico, determina la forma como históricamente la economía supedita las relaciones políticas, sociales y hasta culturales (por premisas como estas es que en muchas críticas Marx es considerado como determinista). Para Marx & Engels (2003), no se puede comprender un suceso social sin su historia, dado que cualquier situación proviene de un devenir que posee este carácter hacia el pasado. La historia de cada individuo, no es determinada por él, se ajustada por la clase a la cual pertenece. La clase social, impacta directamente en el actuar del individuo.  
Sin duda, el conflicto transforma, para bien o para mal, la sociedad se dinamiza. Marx (2003) detalladamente nos narra cómo cambió la sociedad Francesa en un tan solo un año que duró la coyuntura que dio pie al golpe de Estado de Luis Bonaparte. ¿Qué aspectos se rescatan de Marx cómo principal exponente de la corriente del conflicto? El primero, es la dominación como situación preponderante de las relaciones sociales, generando tensiones constantes entre fracciones antagónicas. Lo que en su momento Marx categoriza como lucha entre burguesía y proletariado (y otras facciones como lo eran el lumperproletariado por ejemplo), en la actualidad se configuran como multiplicidad de grupos sociales que entran en constante confrontación por factores que rebasan lo económico. El segundo ámbito que se evidenció en su análisis de coyuntura, es la capacidad que debe poseer el científico social de comprender las diversas estrategias de las que se valen los grupos en conflicto por ser hegemónicos, generando alianzas y maniobras (dejando de lado ideologías y valores) con el fin único de ser el grupo dominante.
Sin embargo, a través del Marxismo no es completamente adecuado explicar el conflicto armado colombiano y menos su construcción de paz.  No es oportuno caer en el determinismo económico de la lucha de clases sociales por los medios de producción para comprender la sociedad. El conflicto armado posee causas y consecuencias de carácter político, social y cultural que no se pueden analizar bajo la lupa de un proceso histórico que conlleve al socialismo como nueva forma de gobierno, posteriormente al comunismo como etapa final del conflicto y a la paz como consecuencia  del proceso. Es por estas razones que la noción de conflicto abordada por Martín Lipset (1993) se adecua bastante bien a la consecución de la paz en Colombia en el proceso histórico delimitado. Este autor a través de su construcción del concepto de democracia, condiciona el orden político como una lucha de clases institucionalizada, en la cual se gesta una manifestación estable de los conflictos o divisiones sociales a través de juegos pacíficos por el poder. La definición de democracia de Lipset (1993), situado en la escuela del conflicto, presenta afinidades con el concepto de paz imperfecta[5] que lo sitúan como un referente teórico de utilidad.
 Para Marx, la paz llega como resultado de la lucha de clases y se implementa con el comunismo. La noción de paz imperfecta que se aborda como categoría analítica, reconoce que el conflicto siempre estará presente y que a su vez de manera sistemática se está construyendo paz. Dadas estas profundas diferencias ¿Qué ámbitos se rescatan del Marxismo a modo de luz teórica?
El primer aspecto y más importe, el antagonismo en sí mismo. Si se revisa el origen del conflicto y de las FARC-EP como movimiento guerrillero concretamente, se evidencia que factores ligados a la violencia estructural, en la cual la clase política en alianza con la económica domina de tal forma que relega a campesinos y población obrera del país, al punto de evitar su desarrollo. Las FARC-EP nacen del descontento generado por la pobreza y la inequidad, influenciado por acontecimientos históricos como la revolución cubana y la implementación del Socialismo en ese país.
 Si bien es complejo decir que en Colombia hay lucha de clases, si existen relaciones de dominación fomentando la desigualdad entre una clase acaudalada enquistada en las instituciones políticas y económicas, versus la mayoría que debe sobrevivir con bajísimos salarios, algunos al punto de no tener elementos básicos como agua potable. Este problema no solo se manifiesta con las FARC-EP, guerrilla  de origen campesino en un primer momento, se evidencia en la existencia de decenas de grupos guerrilleros que han estado presentes en la historia del país, algunos botones para la muestra son el Movimiento 19 de abril – M-19, la guerrilla indígena “Quintín lame” y el aún vigente Ejército de Liberación Nacional – ELN, todos influenciados en su propuesta ideológica por el Marxismo.
Como segundo elemento, en orden metodológico, se comparte la noción de la historia como indispensable para comprender lo social, puesto que se reconocen las ventajas del materialismo histórico. Es por esta razón que la tesis se configura como un análisis político de fuentes documentales históricas, tomando a través de diferentes cortes, una temporalidad de 30 años como referente explicativo. Se parte de la mirada epistemológica de la indispensabilidad de la historia para conocer los fenómenos sociales, entender el conflicto a través de procesos. En este orden de ideas, el marxismo no nutre de elementos a la tesis que le ayuden a concebir y explicar la construcción de paz, pero si le permite reflexionar sobre su etapa previa: el  conflicto altamente político, fruto de unas condiciones de dominación sociales y económicas amplias.     
3. La paz como acción social: el aporte Weberiano.
De las más de mil páginas que componen  su opera prima, economía y Sociedad, Weber (1969) tenía una intensión parecida a la de Durkheim (1985) en sus reglas del método sociológico. Esta es, definir el campo de estudio de la Sociología. Durkheim veía esta disciplina como aquella que estudiaba los “Hechos Sociales”, definiéndola grosso modo como “la coacción” que ejercen las instituciones en los individuos en relación con su conducta. Por esta misma línea, Weber instala a la Sociología como la ciencia encargada de estudiar la “Acción Social”, es decir, cualquier tipo de proceder humano orientado por las acciones de otro, como los demás influencian su conducta y la materialización de la misma en su accionar. Realmente muy parecidos, con la diferencia, de que Durkheim, se enfoca más en el rol de los colectivos representado en instituciones, mientras que Weber (1969) está más enfocado en los individuos.
Posterior al refinamiento de su concepto de acción social, nos presente 4 tipos como creaciones abstractas ideales para aplicar a la investigación sociológica[6], estas son: Acción racional con arreglo a fines (determinada por expectativas que son usadas como medios para el logro de fines racionales), Acción racional con arreglo a valores, (determinada por la creencia consciente en el valor, el resultado no importa, sino el mérito del valor de la acción en sí. Se considera el valor propio del acto en su carácter absoluto). Acción afectiva, (determinada por afectos y estados emotivos) y Acción tradicional, determinada por una costumbre arraigada. Posterior a estas categorías se introducen la definición de elementos tales como relación social, uso y costumbre, orden legítimo, convención y derecho, lucha, sociedad y comunidad, relación abierta y cerrada, solidaridad y representación, orden administrativo y regulador, poder y dominación, asociación política e hierocrática, todas de gran relevancia para comprender la realidad social desde la postura del que estudia.
Weber (1969) es el padre de la Sociología comprensiva, razón por la cual es crítico del positivismo que se enfoca en los resultados, privilegiando el rol del proceso, al igual que Marx y la forma en cómo se configura la presente investigación. Este es el primer elemento relacional encontrado, una noción epistemológica de cómo debe operar la Ciencia Social.
En anexo, es perentorio destacar el concepto de poder y dominación que este autor plantea y que es de tanta utilidad, comprendido por él mismo como artificios amorfos. El poder  puede ser definido como la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad. Ejemplo de lo mencionado, puede ser la esclavitud, el estado absolutista, etc. Por su parte la dominación es la probabilidad de que un mandato sea obedecido, de esta manera es necesario que conste de una legitimidad, es decir un soporte que lo avale como aceptado por el dominado. Con estos conceptos ya esbozados, la tabla 2, se encargará de generar un ejercicio relacional para observar el problema de investigación a la luz de los conceptos acuñados por Weber (1969).
Tabla 2: la paz como acción social.

CONCEPTOS ÚTILES PARA LA COMPRENSIÓN
Relación Social
Lucha
Orden Administrativo Regulador



ACCIÓN SOCIAL
ADMINISTRACIÓN PRESIDENCIAL:
Acuerdos y políticas frente al conflicto
TIPOS DE ACCIÓN SOCIAL EJECUTADA EN EL PERIODO HISTÓRICO
1981-1986 Administración de Belisario Betancur – Acuerdo de paz fallido.
Acción racional con arreglo a fines
1991-1992 Administración Cesar Gaviria – Acuerdo de paz fallido.
Acción racional con arreglo a fines
1998 – Administración Andrés Pastrana – Acuerdo de paz fallido.
Acción racional con arreglo a fines
2002-2010 – Administración Álvaro Uribe – Política de seguridad democrática – Terminar el conflicto a través de la guerra (fuerza y coacción)
Acción afectiva
2012-2016- Administración presidencial Juan Manuel Santos  Acuerdo de paz exitoso
Acción racional con arreglo a fines
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Weber (1969).
El concepto de relación social, es definido por Weber (1969) como una forma de conducta social de carácter recíproco. En este orden, tanto la interacción violenta del conflicto que sostuvo las FARC-EP durante sus 60 años de existencia, como los 3 intentos de paz y el acuerdo final, son relaciones sociales. Así pues, en términos de este autor, el conflicto armado, social y político colombiano, en sí mismo, es una construcción netamente social.
En anexo, Al ser un litigio, entra a colación el concepto de lucha. Entendido como la acción que se intenta imponer a la fuerza contra la resistencia de otra u otras partes. La lucha es contraria a la paz, por lo tanto se comprende como todos los años de querella en los cuales las partes en conflicto no se sentaron a la mesa de diálogo, teniendo como objetivo, ser la parte victoriosa de la confrontación, a través de la victoria militar. Por último, el concepto de orden administrativo regulador hace referencia a los órdenes administrativos de la sociedad que nacen producto de pactos o de imposiciones. En Colombia, imperó durante el conflicto de estos dos actores, la idea de imponer el orden. El gobierno, al ser la representación del monopolio legítimo de la violencia del Estado, tenía la obligación de mantener el equilibrio social, sin embargo con las FARC-EP nunca lo logró, pues siempre estuvo en una situación de empate militar negativo. Entonces, este postulado y un conjunto anexo de razones que se van a explorar a lo largo de la tesis, serán los elementos explicativos capaces de determinar el cambio de un orden administrativo tratado de imponer a través de la fuerza a otro comandado por el diálogo.   
Ahora bien, se parte de la hipótesis de que los tres intentos de negociación fallidos y el exitoso son acciones racionales con arreglo a fines. En cada momento histórico, distintas administraciones presidenciales buscaron la forma de cumplir con su necesidad básica de garantizar el orden social. Razón por la cual, se buscó concretar la paz de manera dialogada. Sin ánimo de caer en el detalle histórico, pues ampliaría mucho el escrito y se desea respectar el límite de páginas, uno de los elementos comprobados en el ejercicio de estado de la cuestión, es que las FARC-EP aprovecharon estas oportunidades de dialogar la paz, para fortalecerse militarmente y continuar la confrontación bélica con mayor fuerza, este accionar se notó con mayor acento en la administración de Andrés Pastrana en 1998. Por ende, de ambas partes, existió una racionalidad, el del gobierno de mantener su legitimidad demostrando que si puede mantener el orden y el del grupo insurgente, buscando oportunidades de receso dentro del conflicto para ser un rival más competitivo. 
Sin embargo, esta absoluta racionalidad no se mantuvo de manera lineal. Cuando llega Álvaro Uribe a la presidencia en el año 2002, gana con más de 7 millones de votos, teniendo una de las mayores votaciones en la historia reciente de Colombia. Su bandera de campaña, era una política de “mano firme” en la cual una facción importante de la población apoyó una política de ganar la guerra contra los “terroristas” o “bandidos de las FARC” con él los llama. Se notaba en la población en esos momentos, sentimientos de desesperanza, incredibilidad y desconfianza hacia una guerrilla que había jugado con la idea de llegar a la paz varias veces, Uribe logró recoger todos estos sentimientos en una misma propuesta creando una acción afectiva que se convirtió en política pública. El resultado de esta acción es descrita en cifras por el portal Terra México (2010) de la siguiente manera: “la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se redujo de 20 mil a ocho mil hombres, debido a la guerra librada contra la insurgencia desde 2002”. Es una realidad, que este proceso de desgaste militar condiciona la necesidad de sentarse a negociar, pues hay un margen mayor de debilitamiento.
Así pues, esta condición de disparidad donde el Estado gana de a poco el monopolio legítimo de la violencia que había perdido hace muchos años, aunado a experiencias previas, en donde no se deseaban repetir los errores del pasado a la hora de sentarse a negociar, se convirtieron en los condicionantes de mayor calibre para que se llegase a la firma de un acuerdo final en el 2016 y al fin de la violencia directa a través de procesos de desarme, desmovilización y reintegración.
4. Hábitus y campos sociales en la construcción de paz.
Bourdieu (2015) define el concepto de hábitus como un sistema de categorías que hace que dos personas en una misma situación tengan dos formas distintas de percibir la realidad, una optará por una preferencia y las demás por otras, de acuerdo a su condición dentro de la sociedad. Es por esta razón, que se habla de diferencias entre hombres y mujeres, determinando unas características corporales y valores como la elegancia, la belleza, la vestimenta. En estado de cosas, el hábitus se configura como las prácticas que reproducimos cotidianamente, desacreditando el enfoque puro racional/intencional.
Para Bourdieu, el compromiso con la historia es fundamental para consolidar el objetivismo, como búsqueda epistemológica incesante, pues este permite que las acciones que se analizan como punto de vista por parte del científico sean presencias activas de experiencia pasadas materializadas en el hábitus. Para los tres autores escogidos, el rol de la historia es fundamental, esta es principal comunión encontrada entre ellos.
Bourdieu (1991, p.92) es crítico de las teorías que hablan de la elección racional de los individuos. Al respecto afirma: “Espontaneidad sin conciencia ni voluntad, el hábitus no se opone menos a la necesidad mecánica que a la libertad reflexiva, a las cosas sin historia de las teorías mecanicistas que a los sujetos "sin inercia" de las teorías racionalistas”. Posteriormente complementa trayendo a colación que el modelo puro racional citando a Max Weber no es complemente aplicable en la práctica. Por estas razones se evidencia su desacuerdo con autores que sitúan la racionalidad como determinante de las acciones individuales. El hábitus, se consolida así, como construcciones de costumbre que han logrado establecerse durante largos periodos de tiempo.
Por otro lado los campos sociales, En términos de Gilberto Giménez (citado por Girón, 2012) parafraseando a Bourdieu son definidos como "una esfera de la vida social que se ha ido autonomizando progresivamente a través de la historia en torno a cierto tipo de relaciones sociales, de intereses y de recursos propios, diferentes a los de otros campos", así encontramos el campo político, campo deportivo, campo intelectual, etc.” Por otro lado el concepto de capital hace referencia a todos aquellos “activos” con los que cuenta el individuo no solo en términos económicos, sino académicos (capital cultural), honor y respecto (capital simbólico), acumulación de obras de arte (capital cultural objetivado), el capital social y el físico (como nos vemos exteriormente).

Con estos elementos esbozados, cabe plantearse la siguiente pregunta ¿Qué factores incidieron para generar una transición de un hábitus del conflicto a un hábitus de la paz en los actores en confrontación en Colombia? Esta pregunta presenta una armonía directa con la teoría de maduración del conflicto de Mitchell, puesto que indaga por las causas condicionantes de la construcción de paz. En este orden de ideas, acciones racionales y emotivas pueden conjugarse para ayudar a resolver esta pregunta que no es sencilla, pues para ser respondida de manera profunda, implicaría sentarse a estudiar el conflicto desde sus inicios.

Si bien, no es fácil etiquetar a Bourdieu en la tradición del conflicto, este a través de la teoría de los campos si puede ofrecer algunos insumos analíticos que pueden ser de utilidad. El campo sobre el cual se soporta el conflicto, es el campo político, en donde los agentes se agrupan en gobierno de Colombia y las FARC-EP como movimiento insurgente politizado. La lucha dentro de este campo, es por el capital simbólico, que puede denominarse como “poder” o “capital político”. Para el gobierno, la adquisición de este capital implica poder invertir presupuesto en otro tipo de políticas distintas a las de conflicto armado, en mantener legitimidad con el pueblo que sistemáticamente plantea demandas sociales por causa del conflicto dado que son víctimas por causa de desplazamientos, muertes, desapariciones, despojos y perdidas económicas, en tener el menor número de adversarios que impidan la posibilidad de gobernar. Si la oposición desde la institucionalidad obstruye, desde la insurgencia y el desafío de la ley mucho más.

Por su parte, para las FARC-EP, ese capital simbólico (político-poder) se materializa en la posibilidad de llevar sus necesidades, ideas e intereses a la esfera pública. Es hacer parte de la toma de decisiones, no solo oponiéndose a través de la fuerza, sino estando en el proceso. Así pues, dentro del campo político, la lucha se configura por la obtención de ese capital que les otorga una posición privilegiada en el campo de disputa. La paz y concretamente la negociación se configura como la alternativa más viable (estrategia) para que ambos actores puedan dividirse ese capital político, dado que no fue posible lograrlo a través del uso de otro tipo de capitales como el militar y el económico, los mismos que sostenían el conflicto en su etapa bélica. A continuación a través de la tabla 3 se grafica lo planteado, para dejar un margen mayor de claridad:


CAMPO POLÍTICO


AGENTES
Gobierno de Colombia – administraciones presidenciales – 1981-2016
-Mantener el monopolio legítimo de la fuerza
- Gobernar
-Cumplir con demandas sociales de la población
Las FARC-EP
-          Lograr hacer parte de la toma de decisiones para reproducir sus necesidades desde lo público
ROLES
CAPITAL SIMBÓLICO = CAPITAL POLÍTICO
ESTRATEGIAS
Utilizar otros capitales para ganar la guerra (confrontación directa y acuerdo fallidos 1981-2011)
NEGOCIACIÓN DE LA PAZ Y FIRMA DEL ACUERDO 2012-2016
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Gutiérrez (2017).

5. Consideraciones finales:

Tener una noción macro-teórica de lo social, ayuda al investigador a consolidar los insumos conceptuales que le servirá para comprender las realidades que estudia. El documento no trató de “hacer una ensalada de teorías” en la cual se escoge lo que más simpatiza de cada autor y relaciona a fuerza. Se tomaron autores que dentro de la diferencia, llegan a consensos cuando se ponen en discusión. Por un lado, se utilizó a Marx (2003) con el fin de situarse dentro del paradigma del conflicto y para reivindicar el peso de la historia a la hora de comprender fenómenos que se entienden exclusivamente como un proceso. Por su parte, el aporte de Bourdieu (1991), es más operativo, pues permite crear un marco analítico de sistemática interacción entre actores, en el cual se pueden ejecutar procesos explicativos dado la riqueza de su teoría.

Finalmente Weber (1969), dota de conceptos científicos lo que la “sociología espontanea” no puede explicar, puesto que el individuo no científico solo vive, no está interesado por comprender la sociedad de la que hace parte. Así pues, el presente escrito se consolida como un esbozo de un andamiaje explicativo basado en teorías de largo alcance para comprender lo social en un primer momento, y para explicar la paz en términos específicos. Dicha paz, que es construida día a día conviviendo con el conflicto y la violencia, siendo imperfecta pero infinitamente útil. Hoy la paz no es secreto divino como lo menciona Simmel (1968), se configura como una realidad que todos los días perece y al mismo tiempo tiene su génesis. 

Bibliografía.

Bourdieu, Pierre (1991) El sentido práctico. Siglo XXI, Buenos Aires, Prólogo y Capitulo 3: “Estructuras, hábitus y prácticas”, pp. 43-49 y 85-105.

 Bourdieu, Pierre, Chamboredon, Jean-Claude y Passeron, Jean-Claude (2008), El oficio de sociólogo, Siglo XXI Buenos Aires. La ruptura y la construcción del objeto, pp. 27 -81.

Bourdieu, Pierre (1995), “Una duda radical”, en Respuestas. Por una antropología reflexiva, Grijalbo, México, pp. 177-184.

Bourdieu, P. (2015). [Ginna Lolobrillida]. Fragmento hábitus con Pierre Bourdieu. (22-10-2015). Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=DaMq1qJ5Uy4&index=10&list=WL

Durkheim, Emile (1985), Las reglas del método sociológico. Introducción y capítulos 1 y 2, pp. 35-90, ed. 2da, Colofón, 2015.

Girón, B. (2012). El pensamiento de Pierre Bourdieu: Hábitus, campo y capital. Blog: Piensa, aprende y educa. Recuperado de: http://piensaaprendeyeduca.blogspot.mx/2012/11/el-pensamiento-de-bourdieu-habitus.html

Marx, Carlos, (2003), El 18 brumario de Luis Bonaparte, Fundación Federico Engels. Pp. 1-108.
Marx, K. (1859). Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política.
Mills, W C. (1986) La imaginación sociológica, Fondo de Cultura Económica, México. “Prólogo” de Gino Germani pp. 9-20; y Capítulo 1 “La promesa” pp. 23-43.

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Lipset, S. (1993). El hombre político. Red editorial iberoamericana. México D.F
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Sautu, R. et.al. (2005). La construcción del marco teórico en la investigación social. En: Manual de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de objetivos y elección de la metodología. Buenos Aires. Argentina. Clacso. 
Simmel, G, “El conflicto de la cultura moderna” de 1918, traducido y publicado por la REIS, Revista Española de Sociología, número 89, 2000, pp. 315-330
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 Weber, Max, (1969). Economía y Sociedad, Primera parte (portada a página 45) y segunda parte (pp. 170 a 204).





[1] El concepto de proceso de paz exitoso, se tendrá en cuenta dentro del contexto de la tesis como aquel que dio como resultado la firma de un acuerdo final. Consecuentemente, los acuerdos que no llegaron hasta etapa de culminación, serán considerados como fallidos.
[2] Para el doctor Muñoz (2014), creador del concepto de  paz imperfecta, esta se define como: “la satisfacción de necesidades, desarrollo de capacidades, o lugares donde se gestiona la regulación pacífica de los conflictos. La paz es imperfecta, porque pueden ser acciones muy pequeñas o muy grandes, puede incluir el aspecto personal, domestico, local o internacional, se puede convivir con el conflicto y también con la violencia. Es importante detectarla porque se puede mejorar, o expandir, logrando así, un empoderamiento pacifista”. 
[3] Se tomaron como referente estos tres momentos, precisamente porque son registros históricos formales, pero que no tuvieron feliz término. De hecho, la principal motivación por la escogencia del tema de la tesis, es precisamente explorar el porqué de la firma del acuerdo en estos momentos a pesar de múltiples intentos desde hace 30 años. Es por esta razón, que es indispensable comprender el proceso de maduración volcando la mirada hacia el pasado para comprender el fenómeno actual.
[4] De acuerdo a lo planteado por Bonilla Montenegro (2011), un análisis de coyuntura se compone de las siguientes categorías analíticas: Los acontecimientos, los escenarios, los actores, las relaciones de fuerza, la periodización de los cursos de acción y la articulación de la coyuntura a la estructura. El desarrollo propio de esta forma de hacer microhistoria tiene sus raíces en lo esbozado por Marx en el 18 brumario.
[5] Tanto la democracia como la paz imperfecta, son construcciones pacíficas que se gestan dentro del conflicto, con el objetivo de mitigar y bajar la escala a la confrontación. De hecho, se podría afirmar que la democracia como concepto en Lipset, es en sí misma, una construcción de paz imperfecta.
[6] Weber era reiterativo en explicar que sus creaciones conceptuales eran de tipo ideal, es decir, son artificios categóricos y lúdicos creados con el objetivo de explicar sociológicamente las realidades abordadas. No obstante, en la práctica, no solo las categorías nominadas, sino muchas de las creadas por él, no operan de manera aislada, sino que pueden mezclarse o no evidenciarse de acuerdo a la particularidad del caso